¿Qué es una instalación o área deportiva?  ¿Y las (IDN) Instalaciones deportivas en el medio natural como una vía ferrata, una vía de escalada o una instalación de un barranco?

Son de uso habitual y necesario para la mayoría de practicantes y profesionales (guías, clubes, federaciones y entrenadores) de estas especialidades deportivas. Crecen como setas, aparecen misteriosamente. ¿Quién las paga?¿ Quién garantiza su seguridad y  mantenimiento? ¿Quién las gestiona?¿Que titulación deben tener los instaladores? Hay muchas preguntas y pocas respuestas sobre las IDN que sirven para gestionar el riesgo y que viven en un limbo legal.

Una instalación deportiva es un espacio, de uso colectivo, en el que se ha construido o realizado alguna actuación de adaptación para permitir la práctica físico-deportiva de manera permanente o que sea de general reconocimiento para el desarrollo de estas prácticas.

 Una instalación deportiva puede estar dividida en espacios deportivos, espacios complementarios y auxiliares, los cuales pueden ser convencionales o singulares. Se entiende por espacios deportivos singulares aquellos construidos para una práctica deportiva que presenta unas condiciones y características adaptadas a cada tipo y lugar, como las pistas de esquí. Su distribución es irregular por el territorio consecuencia de su especificidad, sus condiciones de demandada y sus requerimientos espaciales. Aquí podrían encajar los rocódromos.

Un área de actividad deportiva la constituyen infraestructuras o espacios naturales que se han adaptado o se utilizan habitualmente para el desarrollo de actividades físico-deportivas. Sus características principales son la no definición de sus límites y el medio en el que se desarrolla la actividad: terrestre, acuático o aéreo. Es aquí donde mejor podríamos encajar las paredes de escalada, las zonas de barranquismo o las vías ferratas.

Cuando pensamos en un pabellón deportivo, una piscina pública o un campo de fútbol, no cabe duda de que, independientemente de su carácter público o privado, se entiende que ha habido una planificación del proyecto, un diseño y ejecución, y posteriormente habrá un plan de gestión y de mantenimiento.

Una vez que sabemos que disponemos de un entorno que ofrece condiciones adecuadas y que podemos ofrecer una instalación de calidad, la siguiente fase pasa necesariamente por diseñar y construir la instalación.

Para ello se aconseja contar con la colaboración de los diferentes agentes que van a intervenir en la posterior utilización de las mismas ya que ellos serán los que mejor conocen los principales usos y necesidades del sector. Seguridad, accesibilidad y sostenibilidad son algunos de los criterios que deben de inspirar esta fase, recomendando además la actuación conforme al Manual de Buenas Prácticas en Instalaciones Deportivas o el Manual de Legislación y Documentos Técnicos de Referencias en Instalaciones Deportivas. 

Una vez nuestra instalación ha quedado planificada, diseñada y construida llegamos a la última fase: la explotación y gestión.

Se consideran “Buenas prácticas en la Explotación y Gestión de Instalaciones Deportivas”, aquellas acciones, proyectos, medidas, programas etc., llevadas a cabo desde o por entidades o instituciones públicas o privadas que tienen una incidencia positiva sobre la gestión o el mantenimiento de las instalaciones deportivas, y que pueden considerarse prácticas ejemplificadoras para propiciar su conocimiento en el sector, a través de su difusión y divulgación.

LOS DIFERENTES TIPOS DE GESTIÓN

1.- GESTIÓN DIRECTA. En este caso los servicios son gestionados directamente por la administración, ya sea desde un órgano especial o a través del ayuntamiento.

2.- GESTIÓN INDIRECTA. Bajo este modelo, la dirección y el control del servicio se realizan, total o parcialmente, a cargo de una empresa privada. El procedimiento correcto para realizar esta delegación de competencias (explotación de la instalación) es a través de un pliego de condiciones. La gestión indirecta puede acogerse a cinco formas: concesión, concierto, arrendamiento, Gestión Interesada y Sociedad Mercantil. Entiendo que de entre estos 5 posibles negocios jurídicos, el más idóneo sería el de la concesión, entendiendo esta como la transferencia de la prestación de un servicio a un particular por un periodo de tiempo y bajo determinadas condiciones.

3.- GESTIÓN MIXTA. En este caso parte del servicio es gestionado por el propio órgano municipal y parte por entidades de ámbito no municipal a través de concesiones, conciertos o arrendamientos.

  • A través de clubes deportivos: normalmente la administración cede la prestación de servicios relacionados con la impartición de enseñanzas deportivas, campañas de promoción, organización de competiciones etc.
  • A través de personas físicas o empresas: normalmente a través del procedimiento de concesión se pueden adjudicar servicios desde el control y mantenimiento de una instalación deportiva, sobre los locales y servicios accesorios (bar, parking, kiosco…), actividades deportivas, servicios no deportivos (promoción, reconocimientos médicos etc.).

Una vez adoptado el sistema de gestión óptimo en función de las necesidades de la administración competente, de las demandas del sector, de las necesidades de la ciudadanía etc., hay tres aspectos que son la seguridad, la accesibilidad y la sostenibilidad que podemos considerar como tres vertientes de un concepto más amplio: la CALIDAD.

Comenzando por la seguridad, dado que las actividades desarrolladas en una pared de escalada, un canal, un barranco etc. siempre estarán expuestas a un peligro, es decir, a la probabilidad de materializarse un daño para la persona que lo practica o para terceros, por lo que se hace necesario hablar de riesgo y de sus tres componentes:

  • La probabilidad de que ocurra el daño.
  • Las consecuencias del daño.
  • La capacidad del riesgo de ser detectado.

Uno de los aspectos clave en relación a los accidentes en montaña es que, si bien cualquiera puede hacer una evaluación del riesgo de cualquier actividad en función de estos tres parámetros, dicha evaluación siempre estará sesgada por la percepción subjetiva del riesgo por parte de esa persona. El eliminar ese componente subjetivo y sustituirlo por uno científico (o lo más objetivo posible), es una de las razones por las que desde este trabajo se defiende la necesaria involucración de las administraciones en las instalaciones deportivas existentes en el medio natural construidas sobre bienes públicos.

Algunas medidas para garantizar la seguridad de instalaciones deportivas en la montaña puede ser la certificación de las mismas, entendiendo por tal el proceso mediante el cual a través de un agente externo se revisa el estado de una instalación, a modo de auditoría contrastando la instalación con las normas que el propio organismo emite. AENOR es uno de los organismos más reconocidos.

Continuará… 

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